Mi historia refleja muy bien cómo funciona nuestro cerebro humano. Siempre dije que no quería dedicarme al mundo de la peluquería y como el cerebro no entiende la palabra NO, aquí estoy.
Empresaria desde los 24 años, en el sector de la alimentación, donde algunas acciones se tienen que realizar en el momento, por lo perecedero de los productos; de ahí mi visión empresarial un poco distinta de la visión de la mente empresaria del sector de la Peluquería.
Empecé en el sector de la Peluquería por las circunstancias personales que me rodeaban. Inicié mis pasos en el sector gracias a Alberto (mi hermano) fundador del salón que ahora compartimos.
Me fascina el mundo de la coloración, redes sociales y todo lo relacionado con la comunicación ya que en mi vida laboral siempre he tenido mucha comunicación con los clientes. Todo cambia rápidamente y un empresario de éxito necesita adaptarse, por lo que siempre me he preocupado por formarme en las mejores técnicas que en cada momento se imparten.
A raíz de mi participación como asistente en la formación Peluqueros Millonarios en su 9º Edición empecé a plantearme un nuevo patrón financiero además de entender que dentro de un salón de peluquería con su marca existen personas que podemos crecer y evolucionar al mismo tiempo que seguimos siendo peluquer@s.
Al realizar el ejercicio de mi marca personal, fue cuando me plantee el indagar en la Programación Neurolingüística PNL, en la cual inicié mi formación. Hoy, como formadora en Peluqueros Millonarios, trato parcelas en las que personalmente he tenido que luchar mucho. Una de estas áreas son las Creencias, las que más nos frenan y paralizan, las tenemos dentro de nosotros mismos y somos nosotros los que tenemos que empezar a cambiarlas. Y como no, Don Dinero, es importante la cantidad que entre en nuestro negocio, pero más importante es saber cómo administrarlo, definitivamente una energía que tenemos que aprender a mover de forma correcta.